A sociedade hondurenha vive momentos de comoção com os violentos crimes que continuam acontecendo em seu território, dois anos e meio após o golpe de estado que derrubou o presidente Manuel Zelaya. No final de 2011, a vítima foi o engenheiro Alfredo Landaverde, companheiro da professora Hilda Caldeira, baleado, em Tegucigalpa. Agora, a Associação Hondurenha de Sociologia (AHS) divulga um pronunciamento em que condena o assassinato do engenheiro e defende os direitos humanos. O Lappis se solidariza com as famílias das vítimas, adere e aprova o manifesto. Veja na íntegra o documento da AHS.
Asociación Hondureña de Sociologia (AHS)
Pronunciamiento
Valorando la situación de violencia, terror y criminalidad creciente en el país y, particularmente, los actos criminales contra la vida de mujeres y hombres de diferentes grupos y categorías sociales y observando con profunda preocupación la degradación y negación de la posibilidad de constitución de un Estado de Derecho en Honduras, la Asociación Hondureña de Sociología (AHS), se pronuncia en los términos siguientes:
Condena el alevoso y vil asesinato del Ingeniero Alfredo Landaverde, compañero de nuestra colega Hilda Caldera. Un auténtico ciudadano hondureño que creyendo en las instituciones tutelares de los derechos sociales y políticos de la sociedad hondureña, hizo importantes aportes para reorganizar la Policía Nacional, una dependencia que ha sido apropiada por las fuerzas criminales que degradan y desestructuran el Estado de derecho para materializar sus fines e intereses económicos por medios y acciones ilegales.
Se solidariza con la colega Hilda Caldera y su familia en su profundo dolor y pesar por su gran pérdida, que no solo es de ellos, si no también, de la sociedad hondureña en general.
Reitera igualmente, solidaridad con la colega Julieta Castellanos y todas las familias de las víctimas causadas por las fuerzas de terror y la criminalidad que no respetan la vida humana, el status social o político de las personas.
Denuncia a los grupos dominantes del país que dirigen este régimen, por distorsionar y degradar las instituciones del Estado para imponer a la sociedad un régimen en el que prevalece el autoritarismo, la violación de derechos humanos fundamentales, que omite la aplicación de la justicia y propicia la impunidad, en la que se escudan las fuerzas criminales para imponer una condición social de inseguridad ciudadana e indefensión y terror generalizado, contrario a la opción política de asumir su liderazgo en correspondencia con la razón de ser de un Estado de Derecho que asegure la convivencia social, la vida y el bienestar humano.
Observa con preocupación, el proceso de ocupación de las instituciones del Estado como espacios acotados de grupos privados que han detenido para sí, el proceso de constitución de un Estado moderno, como unidad política con capacidad para dar seguridad y bienestar a la sociedad, revirtiéndolo en sentido a-histórico, a formas feudales de ejercicio de la autoridad, por grupos de poder que operan y compiten como mafias al margen de sistemas institucionales.
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